¿Qué es y de qué está fabricada una vía férrea?
El ferrocarril es un medio de transporte diseñado con el propósito de trasladar personas o mercancías de un lugar a otro. La primera línea de ferrocarril moderna se inauguró en 1830 y aunque ya han transcurrido casi dos siglos desde entonces (189 años para ser precisos), los métodos y materiales para su fabricación no han cambiado del todo.
Como medio de transporte, el ferrocarril es una opción muy rentable, ya que tiene de su lado numerosas ventajas con respecto a otras opciones de transporte terrestre. Entre sus características favorables destacan: mejora en el tiempo de entrega de la mercancía gracias a la alta velocidad de desplazamiento, el consumo de combustible generado en relación kilómetro/tonelada disminuye, lo que además hace al transporte ferroviario un medio de transporte de bajo impacto ambiental y finalmente se pueden realizar desplazamientos de carga masiva en un solo viaje.
Pero todo esto no es posible sin la estructura fundamental que une el punto de origen con el de destino, nos referimos a la vía férrea.
En lo que se refiere a la estructura de la vía férrea, está compuesta por diferentes elementos que mantienen la vía firme y en posición durante todo su tiempo de vida útil. Dentro de los elementos que encontramos en su construcción son: balasto, agujas para giro, circuito de la vía, catenaria y finalmente pero no menos importantes, los rieles de hierro o acero.
Aunque cada uno de los elementos previamente mencionados juegan un rol imprescindible en el funcionamiento de la vía, es innegable que sin los rieles la vía no existiría. De manera predilecta se suele emplear el acero como metal principal para la fabricación de los rieles puesto que por sus características puede resistir de manera satisfactoria el peso y la presión del tren.
El proceso de fabricación de los rieles de acero varía en función de múltiples factores (tipo de riel, tren para el que será usado, tipo de acero etc.) pero de manera general elaboran mediante el maquinado de perfiles diseñados específicamente para este propósito.
Entre las normas que estandarizan las dimensiones para los perfiles de riel de ferrocarril se encuentra la clasificación ASCE (American Society of Civil Engineers) en la que a su vez se pueden ubicar las clasificaciones 18 a 60.
Estos aceros están desarrollados específicamente para soportar condiciones climáticas extremas, ya que los rieles se deben de mantener intactos después de soportar altas y bajas temperaturas, épocas de nieve y de intensas lluvias.